BUHÍTA fue rescatada de un polígono industrial en el que todos los que viven y nacen allí están expuestos cada día a muchos peligros. Son demasiados ya los que han caído y otros muchos los que han corrido una suerte similar a la de Buhíta…
Apareció con parte de una patita y la mano quemadas. Ha perdido las almohadillas y algunas uñas. 
Está muy asustada ahora, pero es medio mansita y tan joven que rápidamente se acostumbraría a una casa, porque, aunque ya no está en el polígono, vive dentro de una jaula-trampa y apenas puede moverse bien en ella.
Así y todo ronronea cuando la señora que la salvó le da de comer y la hace sus curas. 

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